LA PLAZA CÍVICA CIUDAD VICTORIA
PLAZA CIUDAD VICTORIA
El reencuentro con la historia de Pereira significa entrar hoy a la ciudad sin puertas y aún dejarse atrapar por el halo del ayer de la aldea y el presente de la urbe. Una ciudad y un entorno regado casi religiosamente todos los días por el agua, donde el intenso verde de la vegetación y el café todavía engalanan pendientes y ondulaciones de las montañas. La lluvia providente, el manto fértil de ceniza volcánica de la tierra, la altura sobre el nivel del mar (1411 metros), el clima templado (21º C. promedio) y los bosques de niebla desgajados de las faldas de la cordillera Central, se conjugan para hacer de Pereira una confluencia de tránsito de personas, empresas y comercio que se resiste a perder la bulliciosa vida en las inmediaciones del parque Bolívar, corazón de la ciudad, y a desplazar su centralidad parroquial bajo el galope alado del Bolívar desnudo, representante del cosmopolitismo y del espíritu libre y comercial de sus gentes. El amarrillo y el rojo identifican la bandera, y el himno es una oda a la gesta de la colonización, a la libertad y a la belleza de sus mujeres.Soy un párrafo. Haz clic sobre mí para editarme y crear tu propio texto. Soy una oportunidad para que tus clientes sepan más sobre ti.

La historia de la ciudad se remonta a la época pre-colombina, en la cual la zona que hoy comprende la ciudad estaba habitada por las tribus de las culturas Quimbaya y Pijao, ampliamente reconocidas por su orfebrería. En esta región, el mariscal Jorge Robledo fundó la ciudad de Cartago el 9 de agosto de 1540, pero el asedio de los pijaos o bien razones de conveniencia económica, produjeron el traslado de dicha ciudad al sitio que ocupa actualmente en el norte del Valle del Cauca, en 1691, hacia las márgenes del río La Vieja. Entonces la región volvió a tornarse selvática y sepultó los vestigios que quedaban de civilización. Sobre las escasas ruinas de la población española, cruzada por la vía que conducía del Valle del Cauca a Medellín, a través de Manizales, ya habían construido sus moradas un grupo de 20 familias antioqueñas cuando un puñado de vallecaucanos apareció a fundar la población de Cartago La Vieja, hoy Pereira. No obstante que la iniciativa formal de la fundación provino del grupo caucano, el surgimiento de Pereira fue un capítulo más de la colonización antioqueña, y la contribución de otros grupos sociales como el caucano, fue en sus comienzos relativamente escasa.
Tiempo después, con el ideal de revivir esta ciudad, que hasta entonces era una zona selvática, el 24 de agosto de 1863, el presbítero Remigio Antonio Cañarte y Jesús María Ormaza Niño, entre otros, regresaron a las ruinas de la antigua Cartago, donde establecieron unas cuantas chozas que fueron bendecidas el 30 de agosto del mismo año (1863).5
Durante 6 años se llamó Cartago Viejo, pero en 1869 la municipalidad de Cartago le dio el nombre de Villa de Pereira, en honor al doctor Francisco Pereira Martínez, quien en 1816 se refugiara en la zona, junto con su hermano Manuel Pereira, tras la derrota de las huestes patriotas de Simón Bolívar en la batalla de Cachirí y manifestase tiempo después el deseo de que se estableciese una ciudad en dichos predios.

¿ COMO SE CREO LA PLAZA CIUDAD VICTORIA ?
El reencuentro con la historia de Pereira significa entrar hoy a la ciudad sin puertas y aún dejarse atrapar por el halo del ayer de la aldea y el presente de la urbe. Una ciudad y un entorno regado casi religiosamente todos los días por el agua, donde el intenso verde de la vegetación y el café todavía engalanan pendientes y ondulaciones de las montañas. La lluvia providente, el manto fértil de ceniza volcánica de la tierra, la altura sobre el nivel del mar (1411 metros), el clima templado (21º C. promedio) y los bosques de niebla desgajados de las faldas de la cordillera Central, se conjugan para hacer de Pereira una confluencia de tránsito de personas, empresas y comercio que se resiste a perder la bulliciosa vida en las inmediaciones del parque Bolívar, corazón de la ciudad, y a desplazar su centralidad parroquial bajo el galope alado del Bolívar desnudo, representante del cosmopolitismo y del espíritu libre y comercial de sus gentes. El amarrillo y el rojo identifican la bandera, y el himno es una oda a la gesta de la colonización, a la libertad y a la belleza de sus mujeres.
Pereira es la capital del departamento de Risaralda y el municipio de mayor producción cafetera del mismo. También el Centro de Centros del denominado Triángulo de Oro de Colombia, conformado por las ciudades de Bogotá, Medellín y Cali. Eje del Eje Cafetero de lo que fuera el Gran Caldas (1905), y hoy de los departamentos de Caldas, Quindío (1966) y Risaralda (1967). “Aquí no hay forasteros, todos somos pereiranos”, aforismo pronunciado en 1947 por el maestro Luciano García Gómez, que de alguna manera identifica el imaginario de una vida parroquial y bucólica en las primeras décadas del siglo pasado que se resistía a renunciar a los valores de la aldea y al sabio consejo de abuelos y abuelas. Un remanso de paz en los años cincuenta que se alteró con los refugiados de la violencia (unos 50 mil) y de los “pájaros” conservadores, en un país en permanente crisis política y con abismales desigualdades sociales (se estiman unos 12 mil desplazados en Pereira). Una ciudad-región hoy, que se asfixia en lo atascos de los automóviles en las horas pico, en el zigzag del Megabús y en una recortada pista de un aeropuerto internacional donde a diario se cuentan las historias anónimas de quienes se lanzaron a buscar nuevos horizontes por todos los rincones del mundo, y a añorar por siempre la ciudad de la memoria. Según el censo del año 2005, Pereira se acercaba a la cifra de 450 mil habitantes y el departamento de Risaralda unos 897.509.
Ciudad victoria es el proyecto de renovación social y económico mas grande que se haya realizado en la ciudad. Mediante la figura de la renovación urbana la municipalidad creo un proyecto de plan parcial que permitió el desarrollo de una zona que hoy es orgullo de la ciudad dando paso a lo que hoy es Ciudad Victoria un sector cultural,recreacional y turístico.
PLANOS ARQUITECTONICOS
La primera piedra del mercado "Guadalupe Victoria", bautizado en honor del insurgente homónimo, fue colocada alrededor de 1856, en el área que antes fuera conocida como la huerta del convento de Santo Domingo. Desde finales del siglo XIX, el mercado desarrolló una alta actividad comercial.
Su construcción terminó en 1914 y formó parte de un conjunto de obras pensadas para embellecer y modernizar la ciudad durante la época del Porfiriato, siendo una de las últimas construcciones de hierro forjado en México.2 La obra fue dirigida por Julián de Saracíbar, y fue inaugurada oficialmente el 5 de mayo de 1913 por el gobernador Juan B. Carrasco. La obra tuvo que ser inaugurada sin terminar a causa de la Revolución mexicana, por lo que la construcción culminó hasta el año siguiente.3
Desde su apertura, el mercado se consolidó como el principal punto de abastecimiento de alimentos perecederos en Puebla, hasta que el 14 de octubre de 1986 fue clausurado por órdenes del alcalde Jorge Murad Macluf. La idea del alcalde era rescatar el inmueble histórico al desalojar y reubicar a cerca de dos mil comerciantes, debido a que el mercado se había convertido en un foco de infección por la ausencia de medidas sanitarias adecuadas.1
El mercado permaneció cerrado durante ocho años, hasta que en 1994 fue entregado en un comodato por 99 años a la Fundación Amparo para su restauración. En un inicio, se contempló la creación de un museo de arte moderno y un centro de convenciones; sin embargo, el inmueble fue ocupado por diversos comercios, convirtiéndolo en una plaza comercia